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Por qué las cafeterías de los colegios K-12 están automatizando la seguridad alimentaria
Durante la pandemia de COVID-19, se produjeron importantes alteraciones en los servicios de alimentación de las escuelas K-12 de todo el país. Los directores de nutrición escolar se vieron obligados a adaptar rápidamente las operaciones de sus comedores escolares y cocinas para seguir alimentando a los estudiantes y mantener al mismo tiempo los estándares de nutrición K-12. La clave para estas adaptaciones fue darse cuenta de que una solución de detección como servicio no sólo resolvería muchas de las crisis provocadas por la pandemia, sino que, lo que es más importante a largo plazo, mejoraría significativamente la eficiencia en tiempo, dinero y trabajo al sustituir los anticuados métodos manuales de monitorización de la temperatura con lápiz y papel por el poder de las tecnologías IoT conectadas.
A principios de 2020, los distritos K-12 cerraron las escuelas como parte de las medidas iniciales de cuarentena COVID-19. Muchos directores de nutrición escolar tuvieron que pasar rápidamente del servicio tradicional de cafetería a modelos alternativos, como la comida para llevar, la recogida en la acera y, en algunas zonas, la entrega a domicilio. La implantación de estos métodos poco ortodoxos exigió una planificación logística sin precedentes, sobre todo para salvaguardar la seguridad y la calidad nutricional de las comidas de los alumnos y reestructurar la mano de obra para garantizar una distribución y entrega adecuadas.
La escasez de existencias y los retrasos en los envíos afectaron gravemente a la cadena de suministro de alimentos para el kindergarten y el grado 12 de primaria. A veces era difícil conseguir ingredientes esenciales, como leche, carne y cereales integrales. La escasez de guantes y materiales de envasado también puso en peligro la seguridad en la preparación y entrega de alimentos. Muchas escuelas se vieron obligadas a simplificar sus menús y ofrecer menos variedad debido a la escasa disponibilidad de productos. Estas perturbaciones pusieron a prueba la capacidad de los directores de nutrición escolar para cumplir sistemáticamente las normas nutricionales del Programa Nacional de Almuerzos Escolares(NSLP) y del Programa de Desayunos Escolares(SBP).
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