La computación en la nube y el Internet de las cosas (IoT) han creado oportunidades que antes no se creían posibles. La idea de conectar dispositivos y sensores a través de la nube permite muchas aplicaciones nuevas, como la Industria 4.0, el seguimiento de activos, los coches conectados, la telesalud y mucho más. De repente, muchos expertos en operaciones en segmentos verticales como la agricultura, la industria del petróleo y la manufactura, entre otros, se están involucrando profundamente en el Internet de las Cosas.